El proyecto es impulsado por la Secretaría de Innovación y Transformación Digital del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Junto con la comunidad blockchain, el objetivo principal del proyecto es crear un sistema abierto y descentralizado que permita transacciones más simples y eficientes, devolviendo a las personas la soberanía sobre su información, el acceso, manejo y control de sus datos y documentación.

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Durante este primer encuentro el pasado 4 de mayo, referentes del ecosistema y especialistas en criptografía, protección de datos, seguridad informática y políticas públicas, se reunieron con el fin de trabajar los aspectos relacionados a la sección 7 del Whitepaper, Gestión y Recupero de Identidad: “Es importante considerar este aspecto en toda implementación de una plataforma de Identidad Auto Soberana, teniendo en cuenta que una implementación de este estilo apunta a ser muy masiva, atraviesa distintos segmentos de usuarios con capacidades y preferencias muy diversas, que deben ser tenidas en cuenta para no generar exclusiones”.

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El proyecto se encuentra alojado en GitHub, una de las plataformas más utilizadas del mundo por los desarrolladores de software, para colaborar y aportar sugerencias, mejoras y propuestas de toda la comunidad. Basado en estándares internacionales de organizaciones como W3C, Decentralized Identity Foundation y Trust Over IP (ToIP) se espera para fines de mayo tener una primera versión del protocolo.

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Cabe destacar que este proyecto no apunta a crear identidades digitales para uso exclusivo de una sola jurisdicción o gobierno particular. Se trata de sentar las bases tecnológicas de un protocolo descentralizado, abierto, no permisionado, que permita transacciones más simples y eficientes para todo aquel que desee utilizarlo, y de esta manera devolver a las personas la soberanía sobre su información, el acceso, manejo y control de sus datos y documentación.

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Con la utilización de esta herramienta por parte de futuros usuarios, este sistema de intercambios operará de forma descentralizada, sin la necesidad de un organismo que actúe como dueño de la información y generando un ecosistema de soluciones digitales que conectan la problemática del mundo físico con los procesos y herramientas digitales de forma más simple y directa, pero al mismo tiempo más segura.

 

Esto quiere decir que cualquier entidad, público o privada, en cualquier parte del territorio, podrá hacer uso del protocolo para la realización de trámites y todo tipo de acciones asociadas a la identidad. El rol que asumirá el gobierno de la Ciudad será el de impulsar la adopción masiva y lograr rápidamente una masa crítica de usuarios por medio de una primera aplicación que permita el acceso y la interoperabilidad entre todos los servicios que provee el gobierno a través de estándares comunes, de forma que los usuarios perciban beneficios concretos desde una etapa muy temprana.

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El secretario del organismo que impulsa la iniciativa, Diego Fernández, comentó en esta nota que Tango ID es uno de los ejes de trabajo más importantes de la agenda de innovación de la Secretaría, porque se trata de “la generación de confianza sin necesidad de la presencialidad.” En este post Fernández explicó: "lo que es descentralizado es el protocolo, porque se desarrolla en una red pública, abierta y no permisionada. No queremos tener el control del protocolo, colaboramos en el impulso para usar el protocolo y para poder emitir las credenciales como la partida de nacimiento, el registro de conducir, habilitaciones comerciales, etc. El gobierno seguirá siendo un órgano centralizado y cualquier otra entidad que lo desee, puede usar el protocolo para emitir sus credenciales".

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Elementos claves del modelo de protocolo TANGO ID

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El nuevo proyecto de identidad digital auto-soberana propone:

 

• Contar con todas las credenciales en un mismo lugar, logrando así tener una única identidad para todos los trámites, gestiones y servicios, sin importar la jurisdicción o el lugar de residencia de la persona, para presentarla ante organismos públicos o privados. Esto optimiza los tiempos y reduce los costos transaccionales de las organizaciones.
   

• Eliminar la necesidad de presentar documentación ante cada transacción, a través de una credencial verificable, autorizada por el ente emisor, que acredite el cumplimiento de una condición por parte del individuo.
   

• Hacer a los individuos garantes sociales de sus credenciales, a través de un ecosistema abierto, confiable, seguro y transparente, montado sobre una arquitectura descentralizada, donde la confianza esté respaldada por la misma red. Es decir, una identidad digital que les otorgue a las personas la propiedad de su información personal, la libertad para elegir quién, cuándo y cómo se accede a sus datos, y la posibilidad de transaccionar con entidades públicas y privadas de una manera más rápida, segura y confiable.

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